miércoles, 13 de enero de 2010

Cuerpos de exhumados demuestran que hubo tortura en masacre de Cantaura

ONCE CADÁVERES FUERON DESENTERRADOS EN ANZOÁTEGUI, SUCRE Y CARABOBO DURANTE 2009

Ministerio Público está adelantando investigaciones para determinar responsabilidad de los autores materiales e intelectuales de suceso en Oriente

Once víctimas de la masacre de Cantaura fueron exhumadas, desde el 15 de octubre hasta el 17 de diciembre de 2009, demostrando en su mayoría que hubo tortura en los cuerpos, tal como lo aseveraron en su momento los familiares y sobrevivientes del hecho.

El pasado 10 de octubre de 2009, la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, anunció que comenzarían las exhumaciones de los integrantes del Frente Guerrillero Américo Silva, de Bandera Roja, para constatar si hubo tiros de gracia u otras evidencias que apoyaran las acusaciones.

Ortega indicó en Cantaura que las investigaciones orientadas a determinar la responsabilidad de los autores materiales e intelectuales del suceso están bien adelantadas, por lo que próximamente se harán nuevos anuncios vinculados a acciones legales inmediatas.

Destacó que además de los documentos y expedientes de la época, se han tomado testimonios de familiares de los guerrilleros asesinados, quienes después de la masacre de Cantaura fueron objeto de persecuciones, torturas y allanamientos.


Recuento
Rafael Hurtado, abogado y apoderado de los familiares de las víctimas, al lado del jurista Yonni Méndez, informó que las exhumaciones comenzaron por Carlos Jesús Arzola Hernández, Nelson Antonio Pacin Collaso y Eusebio Martel Daza (alias Domingo) en el cementerio General del Sur, de Caracas. Luego le tocó el turno a Carlos Alberto Sambrano Mira y Enrique José Márquez Velázquez (alias Florencio, segundo comandante), en el cementerio municipal de Cumaná, el 12 de noviembre.

Posteriormente, el 25 de noviembre se llevó a cabo la tercera, donde desenterraron a Carmen Rosa García (alias Rosi) y a Beatriz del Carmen Jiménez (alias Maira), en el camposanto municipal de Casanay, estado Sucre.

Seguidamente, el 9 de diciembre, la comisión especial designada por el Ministerio Público (MP) se trasladó hasta Puerto Cabello, estado Carabobo, para recuperar los restos de Ildemar Lorenzo Morillo.

Por último, le tocó el turno a los combatientes Eumennedis Ysoida Gutiérrez Rojas (alias Heidy), el 16 de diciembre en el cementerio municipal de Guanta y al día siguiente, en el camposanto Bello Monte en Puerto La Cruz, verificaron los cadáveres de Sor Fanny Alfonzo Salazar (alias Patricia y Pat, miembro de la comandancia) y de Julio César Farías Mejías (alias Miguel).

Hurtado indicó que a partir de enero el MP reiniciará las siguientes exhumaciones, para sumar los 23 caídos el pasado 4 de octubre de 1892, durante el gobierno del ex presidente Luis Herrera Campins, quien en su oportunidad ordenó que aviones de la Fuerza Armada bombardearan el lugar conocido como Los Changurriales del Morocho Evans.

Monumento a los caídos
El gobernador de Anzoátegui, Tarek William Saab, inició la construcción del “Parque Memorial Mártires de Cantaura” en el sector Los Changurriales, municipio Freites, ubicado en la carretera nacional Cantaura-El Tigre.

El pasado 8 de octubre, Saab develó una placa en homenaje a todos los caídos esa madrugada. Esta primera etapa tuvo una inversión de un millón de bolívares fuertes.

La misma consta de otra etapa, donde se invertirán unos 1,4 millones de bolívares, la cual dispondrá de un mirador que abarcará una profunda visual del paisaje del sector; además, se mantendrá inalterable el lugar de los hechos, todo con la intención de preservar en su estado natural la memoria de este suceso cruel.

Por su parte, el alcalde de Anaco, Francisco Solórzano, señaló que “las exhumaciones son un hecho de justicia, ya que muchos pretendieron borrar esta masacre y gracias a los empeños de los defensores de los derechos humanos hoy vemos con buen pie las acciones del MP, donde los responsables deberán pagar, para reivindicar la dignidad y la lucha revolucionaria de quienes fallecieron ahí”.

Testimonio
Alejandro Velázquez, el único comandante sobreviviente de esta matanza, manifestó que las exhumaciones son la principal muestra de la disposición que ha expresado el Gobierno Nacional para hacer justicia en esta masacre, y las labores que ha desempeñado en otras masacres, tales como las investigaciones que han adelantado en Yumare. También argumentó que ese bombardeo fue porque dentro del grupo de guerrilleros había un espía, que se encargó de especificar las coordenadas de su ubicación. Narró, “cuando escuchamos el ruido de los aviones muchos corrieron, otros en medio de las detonaciones se introdujeron en huecos, yo lideré que sobreviviéramos varios, gracias a una estrategia que aplicamos, que impidió que las vistas telescópicas de los aeroplanos nos detectaran”. Actualmente, “el camarita” reside en Anaco, y forma parte de la Escuela de Formación Socialista “Comandante Che Guevara”




Dunisse Soscún
Diario El Norte
13/01/2010

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